Las abejas están en peligro: muchas especies ni siquiera están registradas.

Las abejas se están extinguiendo, pero lo que quizás sea aún más preocupante es la falta de datos sobre muchas especies, que ya ni siquiera se reportan ni registran. Un impactante estudio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la CNR de Argentina, muestra cómo la disminución de las abejas ha sido dramática desde la década de 1990. Desafortunadamente, no hay señales de desaceleración.

Estamos acostumbrados a pensar en las abejas sólo como insectos productores de miel, que viven en las infames colmenas donde existe una de las organizaciones más impresionantes de la Madre Naturaleza. Pero en realidad existen más de 20.000 especies de abejas silvestres, todas ellas polinizadoras y, por tanto, esenciales para la reproducción de cientos de miles de especies de plantas, además de fundamentales para la productividad de alrededor del 85% de los cultivos.

Sin embargo, el hombre parece no tener ningún interés en ellos y, por tanto, en su propia supervivencia. Estos extraordinarios insectos, de hecho, están amenazados por diversas causas, muchas de las cuales son de origen antropogénico.

Entre los principales:

• Sustitución de espacios naturales o paisajes heterogéneos por zonas agrícolas cultivadas intensivamente con un uso masivo de agroquímicos que afectan profundamente las posibilidades de supervivencia de las especies silvestres;
• Introducción intencional y no intencional de especies exóticas invasoras , a través del comercio internacional, que avanzan en detrimento de la flora y fauna nativa, con consecuencias negativas incluso en aquellas áreas que se pretenden preservar;
• Cambio climático global lo cual, al alterar la estacionalidad, afecta la armonía que las poblaciones de insectos naturales han establecido a lo largo de la evolución con las plantas.

En todo esto, de hecho, no existe ningún seguimiento global y muchas especies de abejas ya no están registradas (o tal vez nunca lo hayan estado). Por tanto, no sabemos dónde están, pero una cosa es segura: su número global es en declive desde la década de 1990 .

Para evitar los problemas generados por la insuficiencia de datos, especialmente en determinados años, y por la disparidad en el número de observaciones registradas para distintos períodos, los investigadores agruparon los registros en siete grandes intervalos temporales (1946-1955; 1956, 1965; 1966-1975; 1976). -1960) 1985; 1986-1995, 1996-2005 y 2006-2015) y utilizaron herramientas estadísticas para obtener promedios amplios.

La distribución de registros no es homogénea para las distintas regiones del mundo (el 50% de los datos provienen de observaciones realizadas sólo en Estados Unidos) y en los lugares donde hay más datos, por lo tanto, se ve la tendencia al declive de las especies de abejas. mas claro. Pero no hay lugares en el mundo donde la curva sea plana , es decir, positiva, por lo que la tendencia parece ser un fenómeno global .

También es muy preocupante un aspecto que no siempre se destaca: no todas las especies de abejas pueden polinizar cualquier planta. Por lo tanto, es posible que la disminución de algunas especies no sea compensada por otras.

“Aunque la mayoría de las abejas pueden polinizar casi todos los cultivos o plantas, no siempre es así – explica Zattara – Hay plantas que sólo pueden ser polinizadas por algunas especies de abejas. En este sentido, La biodiversidad funciona como un colchón , porque aunque no sepas qué insecto es el que te está ayudando a aumentar la productividad de un cultivo, de todos modos te ayuda. A medida que la biodiversidad disminuye, también lo hace la gama de opciones".

Un estudio que ciertamente no es definitivo, debido a la falta de datos y a su falta de homogeneidad, pero lamentablemente en línea con otras alarmas que los científicos vienen lanzando desde hace décadas. A menudo en el vacío

Fuente: greenme